Mamá, hoy es el primer Día de las Madres sin tenerte a mi lado y me siento rara.

Me siento vacía, cómo que me falta algo. Me falta tu presencia.

Toda esta semana la he vivido con este sentimiento en mi corazón, como sobresaltada.

¿Qué me ha hecho sentir de esta forma si todos los días te extraño y haces falta en mi vida?

La diferencia es que el entorno ha sido dedicado a tu día.

¿Cómo pasar por desapercibido este día tan especial, tan celebrado, tan anunciado?

Las flores, las tarjetas, los globos, los adornos…todos son disparadores que me han recordado que no estás a mi lado y el vacío se siente aún más profundo.

La diferencia es que no hubo planeamiento de celebración, no hubo la ilusión de ir a las tiendas a comprarte una blusita como las que te encantaban; la diferencia fue no esperar que llegara el día con la anticipación acostumbrada; la diferencia fue que no iba a poder decirte mientras te abrazaba, ¡Feliz Día de las Madres¡

Sin embargo, en medio de todo este sentimiento de congoja, recuerdo con mucho amor nuestro último Dia de las Madres y mi corazón se llena de regocijo pues pudimos disfrutar de nuestro acostumbrado ritual y disfrutaste muchísimo tus rosas rojas. Eso se quedó por siempre en mi corazón. He confirmado que nuestra vida está hecha de momentos, y la vida que tuve a tu lado estuvo llena de muchísimos momentos llenos de amor y alegría.

Muchos de esos momentos son recuerdos del Día de las Madres. En esta ocasión te entrego nuevamente este diploma que guardaste en el cajón de tus tarjetas, en el que te reconozco como la mejor madre del mundo.

 

 

 

 

 

 

Feliz Dia de Las Madres hasta el cielo.

Ligia del Carmen

Tu cumiche.