¡Estamos viviendo tiempos asombrosos! Gracias a la tecnología, en cuestión de segundos podemos ponernos en contacto con cualquiera en cualquier parte del mundo. El mundo se ha vuelto más integrado. Podemos comunicarnos por correo electrónico, videoconferencias, teléfono, texto … ¡Estamos tan conectados! Pero, espera … ¿estamos realmente conectados? Podemos conectar fácilmente con el mundo exterior. Sin embargo … ¿Estamos conectados con nosotros mismos? ¿Qué pasa con nuestro mundo interior? ¿Sabemos quienes somos? Quiero decir, lo que realmente somos, a un nivel muy profundo? ¿O estamos simplemente escarbando la superficie de nuestro ser?
En las clases de meditación guiadas que facilito, una de las sugerencias que les doy a los participantes es tomar ese tiempo para conectarse con su yo interior. Les pido tomar ese tiempo, para dejar de lado el mundo exterior, e ir dentro de sí mismos.
Estamos tan conectados con el mundo exterior que nos arriesgamos a perder la conexión con lo que más importa… nuestro ser interior.
Es más, debido a que considero que todos tenemos una chispa de esencia divina; podemos perder esa conexión con el Poder Superior, con la Fuente Divina…con Dios.
La vida es preciosa y es tan impredecible. Hoy estamos aquí. Mañana podemos haber desaparecido. No lo sabemos. Cada día es un regalo, por lo tanto, vive plenamente, conectado con tu ser interior; no te desvíes por distracciones mundanas. Además, te sugiero que no permitas que emociones negativas gobiernen tu vida, ya que sólo pueden disminuir tu sentido de la felicidad y la espiritualidad.
Esto puede ser un reto, porque a veces nos encontramos en un lugar oscuro, cuando sólo queremos cerrar la puerta. Puedes tomar esto como una oportunidad para reflexionar sobre lo que está pasando con tu alma y cómo llevar consuelo y paz a tu ser interior.
Sé que vivimos vidas muy ocupadas y el mundo se está moviendo a un ritmo muy rápido; Sin embargo, siempre podemos encontrar el tiempo para conectar con nosotros mismos y crecer espiritualmente, a pesar de estar rodeados por el ruido y las distracciones. El mejor ejemplo que puedo compartir contigo es una escena de la película Baraka, que recientemente discutimos en nuestro foro de cine en el Centro. La escena que analizamos es la de un monje budista que está haciendo una meditación ambulante en medio del ajetreado centro de Japón. Uno puede ver a la gente caminando a toda prisa a su alrededor, y el monje está totalmente conectado con su espíritu, repitiendo en voz muy baja un mantra y sonando una campanita. ¡Qué concepto!
Depende de nosotros si continuamos con la excusa de estar demasiado ocupados, demasiado heridos. o demasiado distraídos…la elección es siempre nuestra.
Por lo tanto, si no deseas ser espiritual, no tienes que serlo.
Sin embargo, si deseas experimentar la vida a un nivel más profundo, date una oportunidad.
Encuentra un lugar en tu ser interior y haz la conexión. Esta puede ser la decisión más sabia que puedes hacer.
Recuerda… ¡tu vida tiene significado!
Ligia M. Houben