Este poema nació en mi corazón una semana después de que mi mamá falleció.

 

¿El mundo se mueve más rápido o soy yo quien se mueve más lento?

De repente, los espacios son más grandes. De repente, los pasos que doy han perdido su prisa; solo están de puntillas en el piso. Como que si al ponerme de puntillas, no sentiré el piso debajo.

No sentiré la frialdad de esta realidad, que es como una capa, como una manta; Como una capa de frialdad sobre mí.

Esa frialdad es, la frialdad de la muerte.

La sensación de que todo se ha detenido.

¿Cómo es que la gente sigue caminando si todo se detuvo?

¿Qué me importa comer?

¿Qué me importa beber?

La mayor fuente de mi alegría, la mayor fuente de mi propósito, mi propósito, mi pequeña muñequita como yo la llamaba, no está aquí para abrazarme; para extender sus pequeños brazos y abrazarme contra su pecho; para hacer que su frente se mueva hacia la mía; tocar nuestras narices en ese movimiento único e íntimo de amor, y entrega total a lo que significa el amor.

La falta de la calidez de ese cuerpo junto al cual tantas noches me acurruqué.

La cara que acaricié con adoración. Amor verdadero. Los ojos que besé día tras día. Su cuerpo, tan pequeño y, al mismo tiempo, tan fuerte. Voluntad fuerte, corazón cálido. Amor ilimitado, sin límite.

Una capacidad de amar más allá de las palabras. Una vida llena de alegría; Apreciación por todo; gracias por todo; ¡Qué lindo! para todo; ¡qué alegría! Para todo.

Esta fue la belleza de esta mujer que vivió 100 años y marcó la diferencia en cada uno de nosotros.

Esta mujer a la que solía llamar mamá; esta mujer a la que solía llamar mi madrecita amada.

Esta mujer a la que solía llamar, mi muñequita.  El vacío…el vacío, va más allá de las palabras …nada puede llenar el vacío, nada y nadie. Ese era su lugar. Le pertenecía solo a ella.

Nuestro amor fue más profundo que lo profundo; más fuerte que lo fuerte; más cerca que lo cercano; un entendimiento con solo mirándonos la una a la otra; un entendimiento con solo vernos… y eso fue todo.

Gracias, mamá, por mostrarme lo que significa el amor.

Gracias, mamá, por mostrarme lo que significa fortaleza.

Gracias por mostrarme qué es la fe.

Gracias mamá, por brillar … por ser ahora, mi ángel privado en el cielo.

 

Con todo mi amor,

Tu hija, Ligia del Carmen.