Hoy te extrañé. Me hizo falta saltar de la cama con la ilusión de darte los buenos días.

Hoy te extrañé cuando fui a Publix y vi la panadería.  Recordé cuánto te gustaba tu donut.

Hoy te extrañé cuando fui a la iglesia. Recordé que nos sentábamos siempre en la primera fila

Hoy te extrañé cuando fui a Macy’s a buscar un regalo y recordé cuánto disfrutabas ir de compras.

Hoy te extrañé al ordenar una gaveta y ver la caja de dominó que tanto disfrutabas jugar.

Hoy te extrañé cuando estaba organizando mis collares y vi un collar que diseñaste.

Hoy te extrañé cuando entré a la habitación y vi tu cama vacía

Hoy te extrañé cuando vi tus videos y sonreí al ver lo chispeante que eras.

Hoy te extrañé cuando vi la silla en mi sala donde te sentabas durante nuestras reuniones familiares.

Hoy te extrañé cuando encontré un pedazo de papel que habías escrito que no había visto en años

Hoy te extrañé cuando llegó la noche y de repente la casa se sintió tan vacía

Hoy te extrañé porque eras más que mi madre, eras mi amiga. Eras mi compañera.  Tú eras mi profesora. Eras mi confidente. Tú eras mi razón de ser porque eras parte de mí.

Hoy te extrañé… ¿Qué estoy diciendo?  Te extraño todos los días no sólo hoy, porque fuiste el centro de mi vida, y todo gravitaba a tu alrededor.

Tú eras ese “por qué”. Tú eras ese “para qué”, y eso no terminó con tu muerte.

Tu luz brillante se ha quedado conmigo para guiarme, para inspirarme y para hacerme sentir completa de nuevo.

Love

Ligia del Carmen