En el caso de la muerte de un ser amado…extrañamos a la persona cada día, pero no olvides que, aunque esta persona no se encuentre físicamente contigo, los recuerdos y su memoria perdurarán siempre. Podemos transformar la relación que teníamos con la persona ausente, puesto que los lazos de amor continuarán hasta después de esta vida, y son esos lazos invisibles, esos lazos de oro, los que nos unen a la persona amada y son los que nos pueden inspirar a forjar una vida con altos propósitos y mayor significado. Al sufrir por una pérdida de gran magnitud debemos de ser compasivos con nosotros mismos y permitirnos un tiempo para pasar por el sufrimiento. Las lágrimas son necesarias y hablar de ello es necesario. No existe un determinado tiempo para procesar el duelo. Para algunas personas será más rápido que para otras.
Ligia M. Houben
Transforma tu pérdida. Una antología de fortaleza y esperanza
No me digas que siga adelante.
No me digas que ella está en un lugar mejor.
No me digas que ella vivió una larga vida.
No me digas que a ella le gustaría verme feliz.
No me digas que sea fuerte.
No intentes consolarme.
Déjame estar con mi dolor. Es un lugar sagrado, ya que me duele tanto, porque amaba mucho a mi madre.
Su amor permanecerá en mi corazón al lado de mi padre. Sé que habrá un momento en que mi sufrimiento se transformará en la experiencia espiritual más bella. Sé esto, porque eso es lo que deseo que suceda. Sin embargo, ahora mismo, quiero estar aquí.
Así, en silencio. Una con mi dolor y los recuerdos de mi madrecita amada.
Quiero estar completamente presente en mi dolor porque sé que será la única forma de liberar el sufrimiento. En mi libro, Transforma tu pérdida. Una antología de fortaleza y esperanza, digo que aprendemos a vivir con nuestra pérdida.
No es cuestión de olvidar o seguir adelante … es cuestión de avanzar hacia adelante con el amor de mi madrecita amada, su inspiración, su alegría y su fe, en mi corazón.
Por ahora … déjame estar quieta.
Ligia M. Houben