Hay momentos en tu vida en los que te enfrentas a una crisis y debes decidir si claudicar o persistir. ¿Cómo sabes cuál es la mejor decisión?

Cuando enfrentas una situación que parece demasiado difícil de soportar, y dudas que posees la fuerza para resistirla o que no vale la pena el esfuerzo, puede que claudiques.

Muchas veces, ni siquiera te esfuerzas por hacer que funcione; esto es rendirse. Puedes dejar de actuar por miedo, por permanecer en tu zona del confort o por falta de confianza en ti mismo.

Otras veces, haces lo mejor para que una situación funcione y pones energía extra para ver los cambios. Si esto no funciona, al menos has persistido en el esfuerzo y finalmente te das cuenta de que está fuera de tu control.

En tu vida, muchas cosas pueden estar fuera de tu control, y si sigues tratando de hacer que funcionen puede que caigas en la terquedad.

Tal vez no te gusta dejarlo ir. Hay una diferencia entre dejar ir y claudicar. No renuncies antes de intentarlo, y no persistas si no vale la pena. Es tu vida.

Toma tus decisiones basadas en tus valores y sé fiel a ti mismo.

Recuerda… ¡tu vida tiene significado!

Ligia M. Houben