Nuevos comienzos pueden ser prometedores. Nuevos comienzos pueden dar miedo. Todo depende de nuestra perspectiva y actitud. Todo comienzo implica un cambio y a la mayoría de nosotros nos gusta lo que nos es familiar. La mayoría de nosotros no le damos la bienvenida a los cambios.  Sin embargo, todo cambia. La vida cambia. Las cosas cambian. La gente cambia.

Entonces, ¿qué sucede si en nuestra vida estamos enfrentando un gran cambio?  ¿Cómo respondemos? ¿Estamos entusiasmados con la idea de un nuevo comienzo? ¿Tenemos miedo a lo desconocido? ¿Nos enfocamos en el dolor que este cambio nos puede estar causando o abrimos nuestros corazones para encontrar formas de crecer , disfrutar, y transformer?

Inclusive, en muchos casos tenemos que tomar decisiones que implican cambio y nos retrasa el miedo a lo desconocido. Puede que nos estemos limitando a nuevas posibilidades porque no confiamos en nuestra capacidad para acoger nuevos comienzos. Si te encuentras enfrentando una transición en tu vida, haz una pausa y reflexiona. ¿Cómo estás manejando esta experiencia? ¿Tienes miedo o coraje? ¿Estás entusiasmado o desanimado? ¿Tienes fe o te falta esperanza?

Al evaluar tu actitud, recuerda que no se puede tener control sobre algunos cambios que suceden en la vida. Sin embargo, posees el control sobre la forma en que respondes a ellos. Todo comienza con la aceptación. Tú tienes la capacidad de elegir, desde el fondo de tu corazón la forma en que este cambio afectará tu vida. Si necesitas tomar algún tiempo para meditar y conectarte con tu yo interior, hazlo. Si necesitas llorar, llora. Si tienes que compartir con los demás lo que sientes, hazlo. No niegues tus emociones; valídalas. Concéntrate en cómo te quieres sentir, y haz tuya esa emoción.

Nunca se sabe si este cambio hará la mayor diferencia en tu vida. Acógelo con la mente abierta y el corazón de par en par.

Recuerda… ¡tu vida tiene significado!

Ligia M. Houben