El duelo no es solo perder a un ser querido, sino también perder la versión de ti mismo que existía antes de esa pérdida. La forma en que veías el mundo, cómo te sentías seguro, cómo imaginabas tu futuro—todo eso cambia cuando el duelo entra en tu vida. Pero aquí está lo que la mayoría no se da cuenta: puedes reprogramar la forma en que experimentas el duelo, para que se convierta en un camino de transformación en lugar de un sufrimiento sin fin.
En la Programación Neurolingüística (PNL), sabemos que el cerebro funciona como una computadora. Se ejecuta en base a programas, muchos de los cuales son inconscientes. Cuando experimentamos un duelo profundo, nuestra mente suele instalar programas de dolor, culpa, arrepentimiento o impotencia. Estos programas se repiten una y otra vez, como un software antiguo que sigue fallando.
Paso 1: Identifica el programa de duelo que estás llevando a cabo
Pregúntate a ti mismo:
¿Qué historia me estoy contando sobre esta pérdida?
¿Estoy atrapado en un patrón de «Nunca volveré a ser feliz» o «Debí haber hecho más»?
¿Creo que puedo sanar, o hay una parte de mí que resiste esa idea?
Estos pensamientos crean tu realidad emocional. Cuanto más los repites, más automáticos se vuelven. Pero, al igual que un software desactualizado, pueden actualizarse.
Paso 2: Soltar la identidad del pasado
Cuando pierdes a alguien, no solo lo lloras a ellos—también lloras la versión de ti mismo que existía cuando estaban vivos. Aquí es donde muchas personas se quedan atrapadas. Se aferran a su identidad pasada, sin darse cuenta de que el duelo también puede ser una iniciación hacia una nueva versión de sí mismos.
Para soltar el viejo yo, prueba este ejercicio:
Visualiza tu antiguo yo, la versión de ti antes de esta pérdida. Reconoce lo que amabas de esa versión, pero también lo que ya no te sirve.
Agradece a esa versión de ti mismo por haberte traído hasta aquí.
Imagina dar un paso hacia tu nuevo yo, una versión que lleva consigo el amor y los recuerdos de tu pérdida, pero que también tiene la capacidad de experimentar alegría, propósito y sanación.
Paso 3: Instalar un nuevo programa de significado y transformación
Ahora, reescribamos la narrativa. En lugar de enfocarte solo en lo que perdiste, pregúntate:
¿Cómo puedo honrar a mi ser querido a través de la forma en que vivo?
¿Qué fortalezas ha despertado esta experiencia en mí?
¿Cómo puedo cambiar mi enfoque del sufrimiento al crecimiento?
Tu mente sigue la dirección en la que la guías. Cuanto más te enfoques en el significado, el honor y la transformación, más se reconfigurará tu cerebro para experimentar el duelo de manera diferente.
Paso 4: Encarnar tu nuevo yo
La transformación no es solo cambiar pensamientos, sino también cambiar tu estado emocional y tus acciones.
Cambia tu postura—el duelo a menudo nos hace encogernos físicamente. Abre tu pecho, mantente erguido, respira profundamente.
Cambia tu lenguaje—en lugar de decir «Nunca superaré esto», di «Estoy aprendiendo a vivir con esto de una manera que honra mi amor.»
Toma nuevas acciones—introduce rituales, crea una forma de celebrar su memoria o involúcrate en algo significativo que te conecte con la vida.
El Duelo como puerta de entrada a tu mejor versión
No estás destinado a ser la misma persona después de una pérdida. Estás destinado a evolucionar. El dolor es real, pero también lo es el potencial de crecimiento, sanación y significado.
Si has estado ejecutando un programa de sufrimiento, recuerda que puedes reescribirlo. Soltar no significa olvidar, significa permitirte transformarte mientras llevas el amor contigo.
¿Quién eliges ser después de esta pérdida? Esa elección es tuya.
De mi corazón al tuyo,
Ligia M. Houben