A veces, la vida cambia nos en un instante. Sentimos que todo está en orden, pero de pronto, algo inesperado nos sacude y nos enfrenta a una pérdida: la muerte deun ser querido, una enfermedad, la pérdida de un trabajo, una separación. Es como si alguien nos apagara el interruptor de la luz y nos dejara a oscuras. Nos encontramos en un espacio desconocido, oscuro, sin saber cómo movernos.
A pesar de que no podamos controlar el cambio, sí podemos decidir cómo enfrentarlo a pesar del gran dolor. Podemos quedarnos en la oscuridad, o podemos buscar dentro de nosotros la manera de encender una nueva luz.

El Impacto del cambio inesperado

Cuando enfrentamos una pérdida, nuestra vida se transforma en un abrir y cerrar de ojos. Ya no somos los mismos, aunque quisiéramos permanecer igual. El miedo, la tristeza y la incertidumbre son respuestas naturales. De repente, lo que conocíamos desaparece y nos vemos obligados a adaptarnos a una realidad distinta.
Sin embargo, la clave está en estar conscientes que el cambio no tiene que definirnos, sino que nosotros podemos definir qué tipo de cambio será, y cómo lo vamos a vivirlo.

Tres pasos para manejar el cambio después de una pérdida

1️ Aceptar la nueva realidad
La aceptación no significa resignación, sino de reconocer lo que ha sucedido y permitirnos sentir. Solo cuando aceptamos el presente, en lugar de resistirlo, podemos empezar a construir el futuro.

2️ Elegir nuestra actitud
Aunque no podemos controlar lo que nos pasa, siempre podemos controlar nuestra respuesta. Podemos vivir el cambio con sufrimiento o con el corazón abierto para saber que podemos aprender de nosotros mismos. Todo depende de la actitud con la que enfrentemos cada día.

3️ Dar pequeños pasos
En la oscuridad, lo más difícil es dar el primer paso. Pero incluso un movimiento pequeño nos acerca a la luz. Pregúntate: ¿Qué acción puedo tomar hoy para empezar a avanzar en mi jornada?

Iluminando nuestro camino

Es natural sentirse perdido después de una pérdida, sin embargo poco a poco, nuestra mente y corazón se ajustan a la nueva realidad. Y cuando decidimos encender nuestra propia luz, descubrimos que dentro de nosotros siempre ha existido la capacidad de transformar el dolor en crecimiento.

Hoy, te invito a reflexionar:

Si tu vida fuera un cuarto a oscuras ahora mismo, ¿dónde crees que puedes encontrar un interruptor?

De mi corazón al tuyo,

Ligia M. Houben